La unión de las lenguas.
Hoy terminé mi largo día de trabajo con una experiencia enriquecedora y pensando como siempre: Unidos podemos.
Hoy presenté una joven gestual de 22 años llamada Natalia con una adolescente oralizada de 13 años llamada Macarena.
Macarena tiene un implante coclear hace 4 años y su lenguaje oral es muy rico. Concurre a escuela común.
Natalia usa audifono hace un año y realiza rehabilitación auditiva y de lenguaje hace 1 año.
Ella tiene trabajos temporarios.
Naty tiene una hija oyente de 3 años.
Éste es su motor para aprender a hablar.
Digamos que empezó a escuchar a los 21 años y también aprendió a hablar oralmente a esa edad.
Nunca es tarde.
Mientras haya deseo hay evolución.
Natalia es sorda profunda, entonces en el trabajo auditivo no hay mucho avance.
Llegamos a Percepción Suprasegmental y hace lectura labial, la cual debió aprender.
Su voz no es agradable.
Ya arma frases simples.
Fueron muchos años, toda una vida sin escuchar.
Macarena y Natalia compartieron una sesión de trabajo.
A ambas les enseñé el vocabulario referido al arreglo personal: maquillaje, peluquería y manicuría.
Era hermoso ver cómo Naty le enseñaba las señas a Maca y Maca le daba la palabra adecuada.
Macarena escribía cada palabra y se la separaba en sílabas para que Naty pueda leer mejor.
Al rato empezaron a comunicarse entre palabras y señas.
Maca estaba contenta por 2 razones: de poder enseñar a hablar a otra persona sorda y la otra ,aprender las señas para poder comunicarse con los sordos no oralizados.
Maca con sus 13 años, se fue de la sesión diciendo:
Las dos somos sordas y tenemos que ayudarnos.
Así finalizo mi largo día de trabajo.