Hoy me sentì muy feliz.
Hoy le donè un audifono a una joven de 28 años que està casada y tiene 2 hijas,
Hace 7 años que su anterior audifono se rompiò y no pudo comprar otro, es decir estuvo 7 años sin escuchar viviendo un mundo casi sordo y sin escuchar la voz de sus hijas.
La comunicaciòn madre-hija se veìa afectada , y siempre una abuela presente para ayudar en los diàlogos.
Pero hoy, mièrcoles todo esto cambiò.
Ah, esta joven se llama Betina.
Ella no consigue trabajo por no tener un audifono.
Betina vino a mi consultorio a retirar el audifono con su suegra y su hija, Ma Paz de 2 añitos.
Le puse el audifono en el oìdo a Betina mientras su suegra e hija hablaban .
Enseguida le preguntò si escuchaba y ella empezò a llorar con una emociòn indescriptible:
yo no comprendìa tanta emociòn y no me contestaba.
Saben què pasò?
Al calmarse, Betina me dice:
"llorò de alegrìa porque hoy es el primer dìa que oigo la voz de mi hija ,Ma Paz" y abraza a su hija fuertemente y le dice:
"HIJITA, HOY CONOCÌ TU VOZ".
Hoy alguien màs fue feliz y recuperò la alegrìa de escuchar y estar conectado con la vida y en especial con sus seres queridos.